Aunque la Tierra es mucho menor que los cuatro planetas gaseosos, tiene el tamaño y densidad apropiados para retener su atmósfera. Situado en una zona privilegiada del sistema Solar, recibe el calor justo para que pueda desarrollarse la vida. La Tierra tiene una atmósfera compuesta principalmente de nitrógeno y oxígeno, y a diferencia de los demás planetas del sistema Solar, contiene grandes cantidades de agua en estado liquido.
Esto ha permitido que se desarrollen y alimenten los 20 billones de toneladas de animales y plantas que viven sobre la Tierra.
Composición de la Tierra
Aunque hoy en día conocemos con bastante precisión el conjunto de la superficie terrestre, sin embargo el interior de nuestro planeta nos es aún prácticamente desconocido. Para conocer el interior de la Tierra se utilizan diferentes métodos:Uno de ellos, que apenas ha arañado su superficie es la prospección geológica . Otro método es el estudio de los meteoritos , que son restos de planetas desintegrarlos. También se analiza la materia expulsada por los volcanes procedente de las capas profundas del planeta.
Es de suma importancia el estudio de los terremotos. Las diferentes velocidades de las ondas sísmicas al atravesar las distintas capas de la Tierra nos dan una idea de la composición de los materiales que las forman. En el centro de la Tierra hay un núcleo de unos 7.000 kilómetros de diámetro formado por hierro y niquel, con una temperatura de unos 3.000 grados centígrados.
Entre el núcleo y la corteza exterior está el manto: una capa de material viscoso de unos 2.900 kilómetros de espesor, con una temperatura entre 600 y 2.500 grados, según las zonas. Está compuesta de silicio magnesio y niquel.
La corteza es la delgada capa sólida de la superficie de la Tierra y está compuesta sobre todo por silicio y aluminio. Tiene un espesor medio de unos 35 kilómetros, aunque bajo los grandes sistemas montañosos puede alcanzar los 100 kilómetros, y en algunas zonas del fondo oceánico su espesor es de unos cinco kilómetros.
La superficie terrestre
La corteza terrestre o Litosfera es la parte externa de la Tierra. Representa tan sólo el 1 por ciento de su masa total y está formada por una serie de placas que flotan sobre el manto viscoso. Estas placas están en continuo movimiento, debido a la energía interna de la Tierra. Hace 200 millones de años los continentes formaban una única masa de Tierra llamada Pangea. Lentamente, este súper continente se fue desplazando en otros más pequeños que se separaron hasta su forma actual.
Las placas siguen en continuo movimiento, y dentro de 50 millones de años, la geografía terrestre será muy diferente al actual. En algunos lugares, como en el fondo del Océano Atlántico, las placas se están separando. Cuando dos placas se separan se producen grietas por donde sale el magma del manto, y forma enormes cadenas montañosas. Algunas montañas son tan grandes que salen a la superficie y forman islas.
En otros lugares, las placas colisionan y arrugan la corteza terrestre. Cuando la placa de la India chocó con la placa asiática, se levantó la cordillera del Himalaya. Cuando dos placas se encuentran, normalmente una se hunde bajo la otra, y esa tremenda presión se libera en forma de terremotos y erupciones volcánicas. Hay lugares como la zona de la Falla de San Andrés, donde las placas se deslizan lateralmente y estas fricciones producen violentos terremotos.
La superficie terrestre está ocupada por agua en un 70%. Esta capa líquida llamada Hidrosfera tiene una profundidad media de 4.500 metros y regula la temperatura y la humedad de todo el planeta. Aquí surgió la vida hace millones de años. Envolviendo tanto a la Litósfera como a la Hidrósfera está la Atmósfera la capa gaseosa que rodea el planeta, filtrando la energía radiante procedente del Sol Esta energía se recibe de forma desigual y produce las diferentes presiones que originan los vientos.
Las diferencias de temperatura y humedad de las distintas zonas han originado una gran variedad de climas. Nuestra atmósfera está compuesta principalmente por oxígeno y nitrógeno, pero también tiene menores cantidades de otra importante sustancia: el dióxido de carbono. Un gas imprescindible para que las plantas realicen el proceso de la fotosíntesis.
La Hidrósfera y la Atmósfera son los dos grandes reguladores de la temperatura del planeta. Sin ellas, los cambios de temperatura serían muy bruscos. De noche la temperatura bajaría a 150 grados bajo cero y durante el día se superarían los 100 grados, por lo que el mundo en que vivimos sería muy diferente.
La vida en la Tierra
Hay lugares del planeta que ofrecen las condiciones más apropiadas para el desarrollo y diversificación de la vida: son las selvas tropicales. Sin embargo, algunas especies se las han arreglado para sobrevivir en lugares donde las condiciones son realmente difíciles. De hecho, toda la historia de la vida desde sus orígenes no es otra cosa que la lucha por adaptarse a las diversas condiciones del planeta.
Los cactus por ejemplo, han conseguido conquistar los desiertos gracias a una serie de adaptaciones biológicas, como sucesor más vertical, que reduce su exposición al Sol. La sustitución de las hojas por espinas, que evitan la evaporación, y el desarrollo de largas raíces que les permite captar la humedad de las zonas profundas del desierto.
En las zonas montañosas la vida también es difícil porque hay menos oxígeno, y los animales se adaptan fabricando mayor cantidad de glóbulos rojos.
En los grandes fondos marinos la enorme presión del agua y la falta de luz han hecho que algunas especies de peces tomen aspectos extraños, y llegan a producir su propia luz. A lo largo de muchos millones de años, los seres vivos han ido modificando la composición de la atmósfera terrestre, que en un principio no tenía oxígeno, hasta llegar a su composición actual.
Debemos cuidar el planeta
En unas pocas décadas, el hombre está destruyendo el delicado equilibrio que a la naturaleza le ha costado miles de millones de años establecer. Si la naturaleza no se salva, tampoco se salvará el hombre. Si no corregimos el rumbo, la Tierra seguirá girando, pero sin testigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario