Durante el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, el clima de optimismo rayando con la euforia que se vivía en el tema de la conservación del medioambiente llevó a poner muchas esperanzas en el futuro de los coches eléctricos y otras iniciativas ligadas a la economía sostenible.
Habiéndose firmado convenios entre el Ministerio de Industria, del que era titular Miguel Sebastián, y los ayuntamientos de Sevilla, Madrid y Barcelona, para establecer puntos de recarga eléctrica, se recorrió un camino al principio prometedor pero que la crisis económica se encargó de minar.
Los ayuntamientos instalarían estos puntos de recarga para que el uso de los coches eléctricos resultará atractivo y no un dolor de cabeza a la hora de hacerlos funcionar. Con esto se esperaba aportar al mejoramiento de los índices de contaminación ambiental en las ciudades.
El que se dio en llamar el Plan de Acción del Vehículo Eléctrico 2010/2012 (MOVELE) se implementó teniendo como premisa que se venderían unos 50.000 coches eléctricos en España, gracias a las ayudas directas en la compra de estos vehículos.
Estas ayudas, aprobadas en el mes de mayo de 2011 alcanzaron un total de 72 millones de euros, a razón de (hasta) 6.000 € por beneficiario. De los esperados 50.000 autos eléctricos esperados, solo se registraron 437 ventas de acuerdo a lo publicado por el Instituto de Estudios de Automoción.
´Según un relevamiento realizado por KPMG entre 2.000 ejecutivos del sector de la automoción no se vislumbra ningún futuro venturoso para los coches eléctricos. Esto ha llevado a la Alcaldesa de Madrid en proyectar la privatización de los puntos de recarga de estos vehículos en su ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario